Desde que vemos la luz, vivimos en una constante amenaza. Las vacunas que recibiremos de bebés nos defenderán de graves enfermedades que nos amenazan. Según vamos creciendo, iremos descubriendo las numerosas amenazas que nos rodean, a saber: alcohol, drogas, juego, entre otras. Amenazas a destacar, las que generan los políticos, no solo los nuestros, en este momento muy preocupantes, si no los que se dan en todo el orbe, al haber hoy en día numerosos países en guerra. Se calcula que son más de cien los confrontamientos bélicos, además de seguir preocupados cada vez que se amenazan el Kim y el Trump, que recuerdan en ocasiones aquellas parodias que nos brindaban Popof y Teddy en la que se decían ¡a que no me pegas otra vez! Y así, entre amenazas y amenazas, vamos disfrutando en este valle de lágrimas, que quizás un día, si llegara a entrar en nuestra atmósfera un rayo gamma, cuya radiación es más de mil millones de veces energética que los fotones de luz, su estallido acabaría con la vida en la tierra, con lo que dejaríamos de sentirnos amenazados. Dios no lo quiera.