No son 24 los próximos que cumpla Serena Williams, sino 38 los años que cumplirá en septiembre, y parece más serena y segura de sí misma para lograr 24 títulos individuales de Grand slams, igualar así a la mítica Margaret Court, y prepararse a conciencia para superar ese récord y convertirse en la mejor jugadora de la historia.

Es fantástico ver aparecer a Serena en la pista, que siempre ofrece más espectáculo del esperado por sus atractivos conjuntos deportivos, que sus patrocinadores aprovechan para lanzar al mercado coincidiendo con sus participaciones en los grandes torneos.

No cabe duda de que Serena Williams es una tenista de raza, de una potencia descomunal y con una alegría contagiosa que hace las delicias de los espectadores.

El año pasado no tuvo suerte ni en Wimbledon ni en US Open, pero si consiguiese ganar el torneo de Australia, lo que consideramos bastante probable, además de lograr el mítico 24, le daría mucha moral para atacar esta temporada el 25, lo que sería un magnífico broche de oro para una tenista excepcional y una extraordinaria competidora, cualidades ambas que todavía pueden depararle grandes alegrías porque aún tiene hambre de triunfo.