Una buena persona en toda la extensión de la palabra, Jesús quiere decir salvador. Creo que tengo la obligación moral de hablar de este hombre porque hemos sido testigos directos de su buen hacer. Este hombre era querido por todos nosotros. Le llamaban, junto a Miguel Ángel Muez Ororbia y López Cristóbal, “los Mosqueteros del Urbanismo”. Aquel urbanismo más horizontal que vertical. Cuando estos ilustres ciudadanos tenían que ir a Madrid se hacían cruces porque planteaban asuntos tan importantes que los consideraban como unos verdaderos arquitectos y desde un principio se dieron cuenta de que no eran unos simples concejales. Se opusieron valientemente a ceder terrenos gratis a nuestros amigos del Opus Dei. Pero entra en escena Carrero Blanco y decreta la cesión de terrenos sin ninguna compensación. A destacar que los gastos que se derivaban de estos viajes no suponían ningún gasto a las arcas municipales.

Sigamos con Velasco. Le tocó como alcalde la suspensión de las fiestas de San Fermín porque la nefasta intervención de la Policía armada supuso la muerte a tiros de Germán y que seguimos sin saber quién fue el culpable. Como el responsable fue un número no hay nada que hacer, ya que los números son infinitos. Silencio absoluto de aquellos ayuntamientos. Mi amigo Velasco y un servidor de ustedes tuvimos una rueda de prensa en las escaleras de la plaza de toros. El entonces alcalde socialista Julián Balduz, que contó para ser alcalde con los votos de Herri Batasuna, adoptó un miserable silencio. Mis amigos de Herri Batasuna adoptaron el mismo silencio, ver para creer. Martín Villa, tengo entendido que ha sido condecorado por su servicios a la patria. Al alcalde Velasco los presidentes de las peñas le pedían de rodillas que presidiese la corrida del 7 de julio vestido de gala como es tradición y el bueno de Velasco no presidió la corrida.

Los 7 de julio la presiden los alcaldes de turno. Pido perdón a todos ustedes, porque quizás me he extendido demasiado. Pero estoy seguro de que este homenaje de despedida a nuestro alcalde Velasco le habrá parecido bien. El comentario de Miguel Ángel Muez sobre su amigo Velasco lo dice todo: “Es tan bueno como un pan de pueblo”.