Anteayer al mediodía me llamó personalmente por teléfono el traumatólogo con el que tenía cita al día siguiente para proponerme cambiar la hora ya que, en caso de infiltrarme la rodilla, prefería que tuviese la pierna “poco cargada”. Me dijo que, a partir de las diez, podía hacerme un par de huecos. Accedí, naturalmente.

Cuando me recibió, su amplia sonrisa y tono distendido eran ya, de por sí, un alivio. Me instó a ponerme cómoda, me hizo preguntas relacionadas con mi problema de menisco y pasó a exponer, con imágenes de mi TAC reciente, la realidad de la lesión, las distintas y progresivas posibilidades de alivio/curas, hasta llegar a la operación. Me aconsejó galantemente, “como a su hermana mayor”, ofreciendo un tratamiento escalonado para verificar mejoras y poder así descartar actuaciones más invasivas y de más difícil recuperación. Le aclaró a mi esposo que la torpeza inherente a mi caso también se debe al paso del tiempo, más cruel con las mujeres que con los hombres, explicándole que la testosterona les protege a ellos mucho más que a nosotras los estrógenos traidores, ésos que aprovechan la primera cana para ir desapareciendo y dejar nuestra musculatura hecha un guiñapo, comparada con la masculina? Fue comprensivo y solidario con mi sobrepeso, alegando que “los que somos grandes” siempre tendemos a sufrir más problemas de huesos. Escuchó mis preguntas, se tomó tiempo y aclaró mis dudas. Un fantástico especialista, un médico cercano y comunicativo, un profesional completo.

Si hay algo de lo que puede Tierra Estella estar orgullosa es del Hospital García Orcoyen y de los centros de salud de Valdega. La facilidad y rapidez de acceso, la atención primaria, la derivación inmediata, el seguimiento y la empatía que demuestran los distintos profesionales no son algo fácil de hallar en otras partes.

Cuando pienso en la sanidad que disfrutamos, con visitas domiciliarias programadas a los mayores de 80 en los pueblos, con cita previa en el mismo día, con farmacéuticos que te acercan los medicamentos a casa, con médico de cabecera y enfermeras que te conocen por tu nombre?

Me pregunto, aterrada, qué será de semejante situación ideal, con un funcionamiento tan bien engrasado y favorable a los más débiles, si este domingo ganan los recortes, la privada, el copago y demás opciones para ricos que enriquecerían a los que todavía quieren enriquecerse más.

Yo, además de con la cabeza y el corazón, pienso votar con los huesos. Un buen rodillazo a los que quieren empobrecernos, sin renunciar ellos a nada, y privarnos de derechos adquiridos con sangre sudor y lágrimas.