Tal como se va desarrollando el urbanismo en la ciudad, da la impresión de que el disco duro de la Milagrosa y Santa María la Real no existe más que de forma residual y se va convirtiendo en un reducto de miseria y de pobreza en tierra de nadie. A veces entra en los planes con zona centro/Ensanche, otras con Arrosadia/Lezkairu. La mayor parte de las veces en ninguno. Sin entidad propia y con unos problemas y potencialidades propias, no está bien definida ni siquiera territorialmente, y está al albur de los vientos que soplan en una dirección u otra. Su problemática es muy diferente y por tanto habría que tratarla de forma diferente (la igualdad consiste en tratar diferente a lo diferente).

Depende de todos, pero sobre todo de la voluntad política y del empeño que en ello pongan técnicas y profesionales del Ayuntamiento y la ciudadanía, no solo a la hora de votar (que también), sino de participar en las decisiones posteriores, que pueda convertirse en todo lo contrario: un barrio vivo y bonito, con flores y artistas; atractivo para todo el mundo; donde todas las personas puedan vivir bien: las de la Mila de toda la vida, las venidas más tarde, ancianas, jóvenes, niñas y niños, discapacitadas; comercios, hostelería, profesionales, estudiantes, trabajadoras, entidades, asociaciones; donde sea un placer vivir, pasear por sus calles, convivir con el vecindario y desarrollarse en un barrio saludable. En ninguno de los programas políticos he visto nada de esto. Sea cual sea el color del nuevo Ayuntamiento, estaría bien que se pusiera las pilas.

Muchos barrios y ciudades del mundo entero se están rehabilitando en este sentido. Desde el urbanismo y la vivienda, pasando por educación, cultura, salud, desarrollo social, etcétera. Hay muchos problemas, sobre todo en la situación actual, que solo pueden resolverse comunitariamente, con una acción conjunta que parta de las personas afectadas y del territorio, y sea incluida en la agenda política.

“Imaginemos el barrio como un cuerpo. Un organismo vivo que requiere que cada una de sus partes funcione”. (Escartín y Gimeno, médicos de familia y Comunitaria).