Decían: “si educamos a los niños, no será necesario castigar a los hombres”. La juventud es un defecto que se cura con el tiempo. Lástima que nos curemos de ella demasiado pronto. Somos personas maduras, cuando al guardar un secreto nos causa mayor satisfacción que divulgarlo. Madurez es llevar dinero en el bolsillo sin gastarlo, y soportar una injusticia sin desear venganza. Puede ser que la vida no sea la alegre fiesta que esperábamos, pero ya que estamos aquí, es mejor que bailemos. Es una lástima que el lapso entre ser demasiado joven y demasiado viejo sea tan breve, y que tengamos que decir con tristeza ¡qué temprano se nos hizo tarde! La vejez es lo más inesperado que sucede al hombre, la edad se apodera de nosotros por sorpresa, sin sentirla llegar. Dicen que los viejos damos buenos consejos, porque no podemos dar malos ejemplos. Hay que dejarse llevar suavemente por la corriente, y disfrutar del regalo de la vida mientras podamos y estemos presentes en este mundo. Son reflexiones de sabios, que llegaron a viejos, claro.