Leo que Círculo de Lectores deja en la calle a sus comerciales. Es muy triste esta situación. Recuerdo cómo un día sonó el timbre y alguien dijo: “Hola, soy Julián, de Círculo de Lectores. Éste es nuestro catálogo. Lo miran y me pasaré”. Durante años esperábamos su visita. Al principio los primeros pedidos llegaban de Historias del pequeño vampiro y de libros de terror. Eran pagados por mis padres. Llegó un momento en que su oferta musical nos hizo comprar cintas de El Último de la Fila y de muchos de éxito internacional. La música era pagada por los hijos con nuestras pagas. Cuántas veces escuchaba: “Va a llegar Julián y no vas a tener dinero”. Es por ello que quiero agradecerle haber tocado aquel timbre. Esos libros que trajo han pasado a mis sobrinos que se divirtieron con Rudiger el vampiro. Ahora es época de nuevas tecnologías y arrinconan los libros de papel. Suerte que las bibliotecas siguen repletas de libros, revistas y periódicos. Una vez más, gracias Julián.