Queridos Reyes Magos: os pido que el laberinto de calles estrechas de los barrios deje paso a amplios espacios en los que nuestras grandes ciudades nos deslumbren con la excelencia de sus construcciones. Os pido que los edificios sean de autores de renombre, de arquitectos del star system. Que el gigantesco edificio curvo tenga al lado otro que juegue con espacios vacíos. Que torres inclinadas que retan la ley de la gravedad tengan frente a ellas a otras verticales con cabeza piramidal. Y que las terrazas miren de cerca las estrellas sobre figuras geométricas de más de veinte o treinta plantas.

Sé que estos planes no están dirigidos a atender las urgencias habitacionales de nosotros, los jóvenes, ni a la mejora de la sanidad o de la educación, ni se enfrentan a los problemas de las poblaciones vaciadas. Pero nos aseguran los expertos que además de acelerar el incremento del PIB, fortalecen la innovación en el tejido empresarial orientado a servicios y atraen novísimos eventos de progreso. Sé que las grandes corporaciones con tentáculos en los cinco continentes y los fondos de inversión empujan estos ambiciosos proyectos urbanísticos que amplían las redes ferroviarias y las autopistas, modernizan los servicios y los nuevos y grandiosos espacios de ocio, parques y jardines.

Queridos Reyes, ayudadnos a crear esta maravillosa naturaleza artificial en nuestro entorno, dirigida en sus funciones por la inteligencia artificial, para que millones de turistas nos visiten y llenen nuestras líneas aéreas, nuestros hoteles y nuestros restaurantes. Y que las más grandes empresas se instalen en nuestros rascacielos preparados para oficinas y sus grandes marcas asienten solvencia, ímpetu y beneficio, esos tres valores eternos, en nuestro esplendoroso futuro.

PD: Tened cuidado con Greta. No es muy católica.