La normativa debería incluir siempre el principio de racionalidad. Se está prohibiendo realizar el paseo diario a la ciudadanía, personas que lo hacen bien sea por un principio de salud y buenas costumbres o para contactar con la naturaleza, cosa que sabemos es beneficiosa como descarga emocional, física y mental. Me pregunto qué daño supone realizar el paseo por el campo, evitando aglomeraciones o manteniendo la prudente distancia que marca la normativa, así como lavarse las manos o cualquier otro de los puntos enumerados como necesarios desde Sanidad. Tomar el sol, el aire, si se hace solo o con los miembros de un mismo núcleo familiar, que cohabitan en la misma casa y que precisamente tienen más bolos de enfermar quedándose encerrados, es importante para los pulmones, sistema óseo, muscular, corazón... o sea, para fortalecer el sistema inmune ante cualquier virus reinante en el ambiente. Está claro que de esta manera, guardando las distancias, ni contaminan ni son contaminados, a no ser que ya lo estuvieran antes, con lo cual, vuelvo a repetir, habría que guardar la separación necesaria si por casualidad te encuentras alguien. Estoy de acuerdo en que es necesario respetar el cumplimiento de las normas, pero creo que esta situación de confinamiento en tabla rasa para todos lo que puede provocar es la exasperación y debilitamiento físico de la ciudadanía. Con el debido respeto, a quien corresponda.