Nos avisan desde la Residencia San Miguel de Peralta el fallecimiento de nuestro Santos Inchusta Sanz a consecuencia de un ictus. El eterno amor de mi hermana María del Pilar Martínez Alegría. Esta hermana mía, la única que me queda, tenía un año cuando falleció nuestro padre Valentín Martínez Ezponda, allá por el año 1939. Dada la situación en que me encuentro, bajo control médico desde enero de este año, me resulta imposible estar personalmente con mi hermana. A decir verdad, esta era una pareja ejemplar. Santificaron sus amores al pie del altar. No tuvieron hijos, por eso su convivencia fue más fácil, se pudieron dedicar el uno al otro. Él hacía honor a su nombre. Tendremos que esperar más tarde, hasta que este invisible coronavirus nos permita vernos y abrazarnos. Somos los únicos hermanos que vivimos. Por lo tanto, el recuerdo se hace más necesario. Ánimo, mi querida hermana María Pilar Martínez Alegría, que por cierto cumple 82 años el próximo día 7 de abril.Navascués se viste de luto.