En estos momentos en los que tanto se está hablando de las residencias a cuyo cuidado confiamos a nuestros mayores quizás esta nueva denuncia pase desapercibida, pero aun y todo, nos vemos en la obligación moral de hacerlo. Necesitamos hacerlo por nuestro familiar, pero también porque queremos pensar que esta, y otras denuncias, ayudarán a que en un futuro, esperemos que cercano, el control público sobre estos centros, privados o no, sea mayor, y que no sea el beneficio económico lo prioritario, sino el cuidado y bienestar de nuestros mayores, y de nosotros mismos cuando nos toque.Cuando buscamos una residencia para un familiar lo hacemos por necesidad, y en la confianza de que la atención y el cuidado que en casa no le puedes dar está asegurado, y lo está día y noche.Conocíamos la residencia Francisco Joaquín Iriarte de Elizondo. Apreciamos en su momento, sobre todo, la calidad de su personal y el trato que se les dispensaba a todas las personas allí ingresadas. Por ello confiamos nuestro familiar a ese centro.Ciertamente nunca hemos tenido motivos para dudar del trato dispensado por todos los trabajadores y trabajadoras del centro, de su profesionalidad y de su dedicación. Tampoco ahora los tenemos, pero sí hemos sido finalmente conscientes de que los protocolos de actuación del centro fallan, de que los medios humanos son escasos.Nuestro familiar pasó cerca de 10 horas tendido en su habitación con una rotura grave sin recibir auxilio alguno. 10 horas son muchas horas, demasiadas, para ser comprensivos, para aceptarlo como inevitable. El accidente lo fue, la falta de atención rotundamente no.Somos conscientes de la situación actual, y de que el personal habitual, de por sí escaso, resulta, ahora, del todo insuficiente y somos igualmente conocedores del ritmo de trabajo que llevan. Desde aquí, nuestro agradecimiento por su dedicación.Nuestra protesta no va con este personal que, en la medida de sus posibilidades, sabemos que han dispensado un trato inmejorable a nuestro familiar. Nuestra queja y denuncia lo es porque entendemos que tampoco en esta residencia se han puesto los medios humanos necesarios para asegurar el cuidado de nuestros mayores, porque nuevamente parece priorizarse el ahorro de costes de personal que lleva a situaciones de desamparo como la vivida por nuestro familiar.Esperamos que esta denuncia pública sirva para que, de una vez por todas, se dediquen los medios necesarios para ofrecer unos cuidados a todos nuestros mayores dignos y que se hagan desde el respeto a las condiciones laborales del personal que los atiende.