oy profesora de Secundaria de la especialidad de Economía, esa asignatura tan criticada por los departamentos de Filosofía y demás humanistas. A día de hoy llevamos de encierro exactamente 32 días, tiempo suficiente como para que los ánimos estén regular, a ratos bien e incluso muy bien, y en otros realmente mal.

En el gremio esperamos con ansiedad la decisión definitiva del gobierno acerca de qué va a pasar con el curso, en especial con segundo de Bachillerato y la EvAU. Asunto complejo con 17 consejerías de Educación intentando llegar a un consenso. Ministra Celaá, por favor, ¡salga ya! Por ahora tenemos las recomendaciones del Consejo Escolar del Estado, ¡qué barbaridad!

Aconsejan continuar avanzando materia mediante clases on line, lo que venimos haciendo desde el primer día de encierro. Lógicamente ha habido una lluvia de críticas desde la Pedagogía, la Psicología y otras disciplinas especializadas en la adolescencia.

Yo quiero aportar mi opinión desde el sentido común, ahora que todavía no lo hemos perdido del todo. Y desde mi experiencia como profesora de segundo de Bachillerato en la modalidad de Ciencias Sociales. Y como coordinadora de mi materia en la EvAU en Navarra. ¡Tela marinera!

Señores del Consejo Escolar, sus propuestas ponen de manifiesto su total falta de sensibilidad y de humanidad respecto a la realidad que estamos viviendo. En mi instituto, de los mejores de la Comunidad Foral, el alumnado de Bachillerato procede mayoritariamente de la clase media, con una minoría de nivel medio-alto, y otra minoría más numerosa de la llamada inmigración.

En estos días se me ha partido el corazón en numerosas ocasiones. He aquí algunos ejemplos: una alumna me cuenta que su padre se ha quedado sin trabajo y no llegan a fin de mes, otra tiene a la abuela en la UCI con el maldito bicho, otra más es la madre la que está contagiada encerrada en una habitación en casa, un alumno con necesidades especiales me escribe emails que denotan su creciente desorientación, otro que es deportista de alta competición está al borde del colapso€

Mientras tanto, las y los profes no damos abasto, hay que seguir avanzando materia online sí o sí. De un día al siguiente nos exigen un giro de 180 grados a nuestras metodologías, y los niveles de estrés van en peligroso aumento. Físicamente a mí por lo menos se me está quedando el cuerpo en forma de 4. Tengo compañeras que están metiendo hasta 10 horas diarias de trabajo. Y seguimos incluso ahora que se supone que estamos de vacaciones, eso sí, unas horas menos. ¿Y la EvAU? Me faltan las palabras para expresar los días que estoy pasando como coordinadora, simplemente indescriptible.

En una de esas reuniones virtuales, las de las múltiples ventanitas con caras que salen en la tele, de mi inexistente departamento de Economía (pertenecemos al de Geografía e Historia), uno de los profesores, miembro también de la dirección del instituto, dio muestras de cordura: ¿por qué no se suspende la EvAU? Al fin y al cabo el examen solo supone un 40 por ciento de la nota de acceso, el resto se lo lleva la nota media del Bachillerato. Tengo que confesar que me emocionó una sugerencia tan razonable. ¿Y cómo hacer la media del Bachillerato, si falta por impartir un trimestre en el segundo curso? Aquí la propuesta salió de mis labios: hagamos la media, ponderada o no, de las dos primeras evaluaciones.

¿Qué hacemos entonces con el alumnado hasta el cercanísimo fin de curso? Desde mi punto de vista no es difícil. Contribuyamos a relajar tensiones a la vez que seguimos su formación. Echemos mano de esos contenidos transversales, aprovechemos para profundizar en aspectos muy necesarios e interesantes en estos tiempos revueltos. Se me ocurren múltiples actividades, reflexiones e incluso juegos.

¡Ojalá finalmente triunfe el sentido común, la sensibilidad, el humanismo y la racionalidad! La autora es profesora de Economía en el IES Navarro Villoslada (Pamplona-Iruña)