ovilidad y obstáculos son conceptos opuestos, contradictorios. Sin embargo, últimamente parece que los responsables de las vías públicas, tanto de ayuntamientos como de entidades superiores, encuentran solución a los diversos problemas que este tema plantea colocando por doquier los más diversos artilugios, incómodos, desagradables y peligrosos, creando un nuevo problema y, en la mayoría de los casos, no solucionando eficazmente el existente. Como si no hubiese bastantes baches y pavimentos en mal estado en las calles... Eso sí, los fabricantes de estos incordios deben de estar haciendo su agosto, gracias a la mediocridad y poca imaginación de nuestros técnicos y ediles.

Son especialmente desagradables los llamados "cojines berlineses" y las bandas de goma dura, pero también los pasos de peatones sobreelevados, cuando sus medidas no son las homologadas, como los recientemente puestos en la calle Monjardín, glorietas con Aoiz, Media Luna y Valle de Egüés. Y peligrosos para los peatones, bicis y motos, esos que se están colocando junto a pasos de peatones y paradas de autobús, que son un auténtico disparate, no cumplen su cometido pues se aparca encima, y ya veremos si no habrá que lamentar que alguien tropiece y se abra la cabeza. Y muchas veces los conductores van más pendientes del obstáculo que del peatón. Pamplona, por su desarrollo, rodeada de barrios y localidades separados de la meseta o cogollo central, crea un flujo constante de desplazamientos de todo tipo que debería facilitarse con un equilibrio en sus diferentes modos. No se arregla todo con obstáculos en las calzadas.

La avenida de la Baja Navarra sigue siendo una autopista urbana con un tráfico desmesurado, que se podría haber disminuido si se hubiesen tenido en cuenta como alternativas por el sur tanto la calle Monjardín como la de Cataluña pero, en lugar de ello, se han llenado ambas calles de inconvenientes en forma de obstáculos, absurdas limitaciones a 30 km/hora, etcétera, que hacen que algunos que hacíamos ese recorrido habitualmente, hayamos vuelto a la Baja Navarra.

Y por el norte ocurre lo mismo con la calle Río Arga, avenida de San Jorge y otras, incluso la Ronda Norte que tiene un diseño incómodo y peligroso y que no sirve para desplazamientos internos.

Pamplona no ha sabido gestionar la movilidad de los tiempos actuales. Otras ciudades han sabido proveerse de sistemas modernos de transporte como el tranvía, metro o ferrocarriles de cercanías. Aquí tenemos una red de autobuses que lucha a diario con calles con aparcamientos inadecuados para su paso, como por ejemplo, Amaya, Paulino Caballero, Abejeras, Villoslada y otras en las que debería suprimirse el estacionamiento en batería y dar prioridad en los cruces para que las villavesas tuvieran más facilidad de paso y no perdieran tanto tiempo.

Hay soluciones más inteligentes que consiguen mejoras para todos manteniendo el equilibrio que debe existir entre los distintos modos.

Hay ejemplos de cosas bien hechas, como la avenida de Pío XII, que prioriza el transporte público en coexistencia con coches, bicicletas y peatones. O la travesía de Orcoyen, recientemente mejorada, con pasos sobreelevados de correcto diseño y en la que solo sobra un inoportuno cojín berlinés, o la calle Mayor de Burlada que viene funcionando perfectamente desde hace años, etcétera. O los nuevos pasos de peatones de las calles Iturrama y Esquíroz, cuyo inteligente diseño elimina gran parte del peligro sin obstáculos incómodos. Y creo que también estará bien diseñado el próximo corredor sostenible de la cuesta de Labrit, Cortes y Estella. Medidas inteligentes son también la correcta iluminación de pasos, aumento de visibilidad de los mismos, estrechamiento de la calzada, pavimento diferenciado, semáforos y radares en sitios peligrosos. Así como un correcto diseño de los carriles-bici. Por cierto, aunque en menor medida, siguen circulando bicicletas por las aceras, incluso en algunas con mucho peatón, como Iturrama, y sin luces por la noche. ¡Eso sí que es peligroso y evitable!

Claro que hay que reducir atropellos, pero no solo los coches son los culpables... Pero es un error limitar la velocidad a 30 km/hora y poner obstáculos en las arterias principales de la ciudad, como la avenida de San Jorge, Villava, Barañáin, Cataluña, Monjardín, Sadar, etcétera.

Y si me objetan lo del medio ambiente, aunque todos los vehículos fuesen eléctricos, seguiríamos teniendo los mismos problemas de movilidad. Así que, por favor, menos obstáculos y más imaginación.