Este precioso fin de semana de primavera ha coincidido con la fase de desescalada en la que se puede salir de casa y a Otsagabia e Irati ha llegado la marabunta. Coches y más coches, caravanas y más caravanas, motos y más motos, furgonetas y más furgonetas con sus respectivos ocupantes, han saciado las ganas de monte, de calle, no lo sé, desde luego las ganas de silencio, paz y sosiego no.En Otsagabia se ha realizado un trabajo extra de prevención de la covid desde los servicios sanitarios, que, en un momento, se ha ido al carajo. No he visto ningún tipo de control o miedo al virus, las caravanas, las furgonetas han campado como siempre a sus anchas, mientras en los establecimientos turísticos del valle les exigen ingentes medidas de seguridad para poder abrir; desde mi humilde y solitario punto de vista, un cachondeo. Se hablaba de que en los merenderos de Irati habría que desinfectar, mesas, lugares de asiento y ¿cómo hacemos con las papeleras y las basuras y cómo regulamos? Ya tenemos resuelto qué hay que hacer.Mirad, vamos a esperar unos días, si no hay repunte de casos, el virus se ha ido o ha mutado o ha vuelto a China. La comprobación y el experimento está hecho. Quienes anden mucho por el parking de Otsagabia y la calle Urrutia, las Casas de Irati, Abodi, si no os pasa nada tras este fin de semana, estáis inmunizados para todo.Hay algo que este turismo insostenible, solo bajo mi punto de vista, maravilloso para la mayoría, nos ha enseñado; tendré que ser positiva….