Tras la caída de la dictadura, algunos individuos integrados en la Administración del Estado obstaculizaron de diversas formas el funcionamiento de las instituciones democráticas. Uno de esos aspectos era su rechazo a los otros idiomas de España.Consciente de ello, el delegado del Gobierno en Navarra, Vicente Ripa, colocó personalmente los tornillos de la placa metálica bilingüe situada junto a la puerta principal de la Delegación. Pudimos ver, en el DIARIO DE NOTICIAS del 23 de abril de 2005, la fotografía que lo mostraba taladro en mano. Pero tiempo después esa placa fue retirada. En 2012, cuando se denunció la desaparición en la prensa, pusieron otra. Actualmente hay una donde la traducción al euskera es solo parcial y con letra de menor tamaño. Por otra parte, hace unas décadas, en lo alto de la fachada colocaron un rótulo exclusivamente en castellano, donde con grandes letras se indica Delegación del Gobierno.En nuestros tiempos las instituciones difunden en gran medida su imagen a través de las páginas web. Las del Gobierno de Navarra o Ayuntamiento de Pamplona aventajan también en este aspecto a la de la Delegación del Gobierno. Una nota final. Por supuesto, quienes no tienen autoridad moral para protestar contra esto son aquellos que apoyan a algunos pequeños ayuntamientos de la zona vascófona de Navarra, que discriminan al castellano, utilizando tan solo el euskera para los bandos, rótulos o programas de fiestas.