Mi más emotiva y calurosa enhorabuena a Osasuna por su brillantísima temporada y, a la vez, el mayor tirón de orejas para técnicos y jugadores. Me explico, desde el día 17 del presente es obligatorio el uso de mascarilla en todos los espacios públicos. Comprensible y admisible que no se use por los jugadores durante el partido, pero, después de terminado éste y reunidos la plantilla y el equipo técnico, se hacen una foto (publicada en primera página del DIARIO DE NOTICIAS del dia 20 de julio), todos sonrientes y alegres por la excelente temporada realizada. Esta foto es icono y ejemplo para muchísima gente y en ella se puede observar, con tristeza y enfado, el incumplimiento del uso de mascarilla y de la distancia de seguridad. Inexplicable e inaceptable un ejemplo tan flagrante de falta de civismo en una entidad que se sabe espejo del comportamiento y sentir social de tantas personas. Y, que yo recuerde, esto conlleva multa. Seguro que cualquier ciudadano que vaya por la calle sin la mascarilla sufrirá, con razón, la sanción correspondiente. No pido una sanción para Osasuna, se merece perdón por su hazaña en la Liga, pero sí un rapapolvos de los gordos ante tamaña muestra de irresponsabilidad. Luego nos echaremos las manos a la cabeza si el coronavirus diezma el equipo o lo propaga entre los aficionados que van al campo. Lo dicho, ¡aúpa campeones!, pero un poco más de responsabilidad social, por favor.