Los álbumes de fotografía son los templos sagrados de la familia. Allí puedes ver su historia, la evolución de sus sonrisas, sus ropas, la época y el tiempo que ha pasado. Suelen ser habitualmente de reuniones alegres o momentos mágicos por sencillos: cumpleaños, Navidad, vacaciones, viajes. Momentos cortos de nuestras vidas que dicen mucho de nosotros y de lo que nos rodea. Ahora están de moda los selfis, pero yo creo que lo importante es no el que hace la fotografía sino qué contiene esa foto. Las fotos en las que no aparece el fotógrafo son más completas, recogen muchos más datos y despistan menos. Las fotos antiguas guardadas en papel donde nunca aparece el fotógrafo son como un beso, abrazos, licor añejo y ternura. Nostalgia de la buena o de la mala si te ponen triste. Es como un diario antiguo de tu vida y de los que te rodean o te han acompañado. Vida pura, historia cruda, el futuro congelado que te permite desdoblar el tiempo y comparar. Sonríe abuela. Patata.