Así comienzan los versos de la aurora de San Sebastián, y precisamente, en este 2020 difícil y raro que nos está tocando vivir fue esta una de las últimas auroras que el grupo de auroros pudimos cantar en la calle: "Bien merece que en este gran día, cantemos la aurora con fe y devoción. Despertad y venid presuroros que hoy es la gran fiesta de nuestro patrón". Nos hubiera gustado poder dirigirnos a vosotros a través de unas líneas en el programa de las no fiestas que ha elaborado el Ayuntamiento pero al no tener esa oportunidad, lo hacemos desde estas líneas.

Durante gran parte del devenir de nuestra ciudad, los Rosarieros prestaron su voz a las festividades y plegarias de los sangüesinos y hoy en día, este grupo de auroros sigue celebrando con música de alborada cada día grande en Sangüesa y las primeras comuniones de los niños de todas las familias sangüesinas. Y en la parte más difícil pero no menos gratificante, os acompañamos en el dolor cuando se sufre la pérdida de los seres queridos.

No ha sido así así en 2020, ni siquiera pudimos despedir a Carmelo, alma mater de este grupo al que tenemos tanto que agradecer y no podremos tampoco con nuestras voces acompañar este año a la celebración de San Sebastián en las fiestas patronales. Pero tenemos la confianza de que vendrán tiempos mejores y cambiarán las circunstancias y nosotros, como hemos venido haciendo desde antaño, compartiremos alegrías y acompañaremos en el dolor a Sangüesa y los sangüesinos. ¡Viva Sangüesa! ¡Viva San Sebastián!