Los nervios y la angustia son dos sentimientos que nos acompañan a miles de estudiantes cada año con el inicio del nuevo curso universitario. Transcurren los años -y los gobiernos- y el sistema de resolución de becas no se mejora: siguen llegando tarde y con muy poco margen para las reclamaciones. Somos muchas las personas que no podemos adelantar unos recursos que no tenemos mientras esperamos una ayuda que no tenemos certeza de que vaya a llegar.Queremos garantías. Queremos saber que vamos a empezar un nuevo curso y no lo tendremos que abandonar porque no tenemos más dinero. Nunca podremos decir que vivimos en un país con un buen sistema educativo mientras haya una sola persona que, queriendo estudiar, no pueda hacerlo por motivos económicos. Las ayudas deben llegar antes, ser mejores, y tener mayores garantías.