Las desastrosas consecuencias del covid- 19 están obligando a los clubes y empresas deportivas a adoptar severas medidas económicas para asegurar su inmediato futuro. Naturalmente, la pelota no se ha librado de ello.Las alarmantes noticias que están saliendo sobre la situación de los pelotaris en una de las empresas parecen indicar que además existen serias divergencias personales con la gerencia en la forma y en los modos de enfocar la solución.La pala, el remonte y la cesta punta hace mucho tiempo que se encuentran en franca decadencia, peligrando su subsistencia, al igual que ocurrió con otras modalidades ancestrales que hoy son mero recuerdo de nuestra juventud.Ahora le ha tocado el turno a la pelota a mano, vivero de todas las demás modalidades, que está iniciando un camino peligroso de difícil retorno si no se pone remedio, agravado con el insólito anuncio de una huelga.No quiero entrar a valorar de parte de quién está la razón. Ni las empresas son ONG, ni los pelotaris pueden aceptar lo que se les ofrece si sus ingresos netos no se acercan a un salario más o menos digno que les facilite el camino profesional para dedicarse en exclusiva a este deporte.Ante esta situación, se me ocurre que alguien debe mediar en este conflicto antes de que se vaya de las manos, porque si se enroca y se hace personal, la solución será cada vez más difícil.Aunque pueda resultar difícil mediar u opinar, creo que es hora de mojarse e intervenir. ETB, federaciones de pelota y gobiernos navarro y vasco, para evitar que dentro de pocos años hablemos de la pelota a mano como un recuerdo que dejamos morir sin hacer nada para evitarlo.Para los muchos aficionados a este deporte es imposible concebir un fin de semana sin pelota. Si se quiere, se puede. A por ello.