No me he llevado excesiva sorpresa por tu muerte, ya me lo comentaste personalmente con antelación a tu gran escrito en los medios de comunicación. Con sencillez, con ese aplomo, tu voz inconfundible, ni una sola palabra más alta que la otra, tu sosiego, amabilidad, conocimientos. Auténtico don de gentes. Eras una persona difícil de poder equiparar. Único. Me acuerdo de la alegría que nos llevamos tú y yo en 2017 por tu pañuelico. Encontrar a una persona que no tiene enemigos hoy día es casi imposible y con tu carácter, personalidad e inteligencia lo conseguiste. Bueno, amigo y vecino, siempre en mi corazón.