Como en el caso de Trump, sus controvertidas decisiones y manifestaciones nos permiten aventurar que nos encontramos ante un caso típico de paranoia megalómana, "entendido como delirio de grandeza que provoca que el individuo se crea dotado de un talento y un poder extraordinarios debido a que las deidades le han elegido para una alta misión" (descabalgar a Pedro Sánchez del poder mediante una revolución multicolor). Dicha personalidad habría favorecido la frivolización de la segunda ola de la pandemia en Madrid y la consecuente falta de adopción de medidas profilácticas para evitarlo, quedando su vicepresidente, Aguado, y su partido, Ciudadanos, totalmente marginados en la toma de decisiones.La fase actual consistirá en aprovechar el caos sanitario para forzar al Gobierno Sánchez a aplicar el estado de alarma en la Comunidad de Madrid y tras llamar a la desobediencia activa, provocar una posterior rebelión de las comunidades gobernadas por el PP contra el Gobierno ilegítimo de Sánchez. Este movimiento teledirigido por la Fundación FAES contará con la colaboración activa de las élites empresariales y judiciales para dar el jaque mate al Gobierno Sánchez y forzar la celebración de unas nuevas elecciones en las que no sería descartable la polarización extrema de un electorado que deberá elegir entre un nuevo Frente Popular integrado por el PSOE, Unidas Podemos y corrientes periféricas afines o dar su voto a la nueva CEDA integrada por el PP, Vox y los restos del naufragio de Cs.