Durante estos días hemos estado recogiendo firmas para pedir que vuelva a funcionar el autobús de la tarde. Es una necesidad para el pueblo. Este autobús lo utiliza gente para ir a hacer deporte, a trabajar, para ir al médico, para ir a comprar a Tafalla o a Pamplona, etcétera. Cada uno lo utiliza según sus necesidades, porque no todo el mundo conduce ni dispone de alguien que lo pueda llevar a Tafalla o a Pamplona.Desde que cambiaron la línea del autobús que venía de Falces a la línea que viene de Lerín la calidad del servicio ha empeorado mucho. Este autobús viene desde Lerín, y hasta que llega a Pamplona hace once paradas y recorre un montón de localidades. Además, tenemos que soportar horarios intempestivos porque el de la mañana sale de Miranda a las 7. El de la tarde hacía el mismo recorrido y las mismas paradas, pero al menos salía a las 3 de la tarde. Todo esto lo hemos venido soportando estoicamente y sin rechistar. Decíamos "mejor esto que nada".Pero llegaron el coronavirus, el estado de alarma y la nueva normalidad. Y es ahí cuando llegaron los problemas, suprimieron el autobús de la tarde sin dar ninguna explicación. Parecía que una vez restablecido el autobús de la mañana, con el tiempo restablecerían el de la tarde. Pero al parecer no existe ninguna intención de que haya autobús por la tarde, que esta situación es para siempre, y que a los usuarios nos han dejado literalmente colgados.Se dice que cada problema tiene una solución, pero esta solución tiene que tener a alguien que quiera buscarla y encontrarla.Caben soluciones intermedias, por ejemplo que hubiera autobús por la tarde algunos días entre semana, y que los ayuntamientos de Miranda, Berbinzana y Larraga trataran este asunto y vieran qué se puede hacer al respecto.No se puede dejar a los pueblos sin servicios mínimos. No se pueden acordar de ellos solamente en época de elecciones y llenarse la boca de esa nueva palabra, la España vaciada. Luego todo se queda en palabras vacías y humo. La reducción de servicios de todo tipo en los pueblos es un hecho, nadie hace nada por salvar a los pueblos pequeños, pero sus habitantes tenemos las mismas obligaciones y pagamos los mismos impuestos que los de los pueblos y las ciudades grandes.Esperamos que esta carta y las firmas recogidas sirvan para buscar una solución.