He trabajado los últimos once años en la recogida de basuras de la comarca de Pamplona, servicio subcontratado por la Mancomunidad a FCC. Durante esos años he firmado más de 60 contratos, todos de interinidad y de uno a tres meses de duración, he llegado a estar 9 años seguidos sin vacaciones porque me las pagaban, todo con la vil promesa de que "algún día sería indefinido". Mientras, los hijos y los amigos de los miembros del comité de empresa, liderado con mayoría absoluta por el sindicato ATSU desde hace 30 años, entraban a formar parte de la plantilla echándome a un lado a mí y a mis compañeros eventuales. Ya el año pasado despidieron a un trabajador, padre de familia con 50 años y con 14 años en la empresa a sus espaldas. ¿El motivo? Ser crítico con el enchufismo que reina en la empresa por parte de ATSU y no afiliarse. Este año me ha tocado a mí y en octubre dejaron de renovarme por el mismo motivo, mientras, tan solo unos meses antes, hacían indefinidos a una docena de personas, todas vinculadas a dicho sindicato y muchas con "cuatro días" en la empresa. Hasta el hijo del presidente del comité está indefinido con 20 añitos. Yo sé que trabajo bien, mis compañeros y encargados me respetan y no he causado ningún problema a nadie. Quiero denunciar la injusticia que me ha hecho pasar las peores navidades de mi vida con 4 hijos pequeños y mi mujer también en el paro y sin cobrar, situación personal que la empresa conocía perfectamente antes de despedirme, lo que lo hace más dramático, si cabe.