La nevada había cubierto con su blanca paz el parque central de la ciudad, El Retiro de la Corte, a donde acudían jóvenes y maduros, niños... Habían prohibido entrar entre las arboledas pero nadie obedecía, la gran nevada solo estaba comenzando. Hacían muñecos con la nieve, se arrojaban bolas, disfrutaban del caer silencioso y albo de los cielos. Los guardias por seguridad cerraban zonas a los libertarios: parecía una fiesta de hermosa rebelión. Unos adolescentes, varones, acababan la gélida y gigantesca escultura: un gran genital masculino, amenazante, tal vez lo que ellos tenían en la cabeza, lo que ahora tienen muchos como sesos en estos tiempos tan rudimentarios del universo, filtrado todo por el abdomen. Tal vez sean de esos jóvenes que reciben la Enseñanza Media y ya no saben siquiera quién es Beethoven (...). Pasada la fiesta de las primeras horas, cuando el manto de nieve cubría la catástrofe que sobrevendría al día siguiente, el alborozo de ver a casi todos en las calles jugando como infantes, esquiando, paseando, dejaría paso a los árboles desgajados y la capital bloqueada, a modo de metáfora, entre ineptos, en un escenario de varias desolaciones. Muchas hispánicas capitales con menos de diez grados, temperaturas siberianas en otros lugares, rondando los treinta centígrados bajo cero. La plaga y el azote de los temporales: nieves, hielos luego y fríos inéditos para nuestro tiempo. ¿Estamos cerca del final de los tiempos? (...) EEUU ya no puede salir a hacer golpes de estado en las repúblicas bananeras y ellos mismos se han convertido en una de ellas, esperemos no nos afecte con bélicos problemas. Una guerra cultural asoma también entre sus universidades y medios de comunicación o desinformación, según. ¿Guerra China-EEUU? Alarmante dato: después de más de medio siglo largo de imperio planetario en la cultura que partía a todas partes desde Hollywood, China ahora lidera las taquillas gracias a la situación provocada por el covid. Sus universidades mejoran, su economía nos abruma, compran tierras, minas y recursos en multitud de países, sus alumnos mejores pueblan nuestras universidades llevándose los más altos diplomas mientras nosotros promocionamos un igualitarismo beodo, considerando que hasta los más tontos han de gozar del mismo nivel en el conocimiento en cualquier puesto de la sociedad, y las leyes los miman, de modo que se bajan las exigencias para que cualquiera pueda lograr un título, no importa que no sepa medicina o ingeniería, hay que ser comprensivos con sus sentimientos. Hielos arrojan los cielos: cuando -apocalípticos- se muevan... “In die illa tremenda”.