omienzo este escrito sin ningún tipo de acritud, pero sí con ilusión para aportar y reconocer la meritología que subsiste en el Complejo Hospitalario de Nafarroa. Lo hago por experiencia personal, después de haber superado un grave problema esofagogástrico a partir de un tumor maligno en el propio esófago. Entre una cosa y otra, el tratamiento preoperatorio ha durado cinco meses y el operatorio ha finalizado en 17 días. Las visitas a diferentes departamentos y tratamientos han sido intensos y razonables; el comportamiento del personal médico y de auxiliares ha resultado impresionante. La amabilidad de trato y la profesionalidad han sido una constante que siempre recordaré y agradeceré, cuestión que deseo remarcar en beneficio de la sanidad pública.

El pasado día 8/3/2020 ingresé en Cirugía General para operar el día 9. Ya me había tocado hablar con las cirujanas previamente y llevaba conmigo 23 sesiones de radioterapia y 4 de quimio, con varias explicaciones sobre cómo se desarrollaría la operación. Debo señalar que en todo momento me he encontrado tranquilo y los únicos problemas que me acuciaban eran los familiares, en ningún momento los del más allá, pues soy apóstata y por ello agnóstico. Debo señalar que, efectivamente, el pasado día 9 de este mes fui operado por cuatro mujeres magníficas (las doctoras: señora Miranda, señora Yarnoz, señora Eguaras y señora Fernández-Velilla); la operación duró 11 horas y el trabajo resultó intenso y positivo, pues al anular el esófago también ha quedado anulado el mal, lo que quiere decir que he salido curado, según han expresado las profesionales expertas.

Señora Santos Induráin, lo que pretendo no es otra cosa que transmitir mi emoción ante el trabajo desarrollado por la sanidad pública y sus miembros, donde el género femenino con el que he tratado supone el 85% en las diferentes especialidades. Quiero decir que de manera mayoritaria ha sido el género femenino con quien me ha tocado convivir, cuestión nada baladí a la hora de valorar la calidad de las atenciones y trato amable por parte de celadores/as, enfermeras, oficialas de planta y doctoras de diversas especialidades. Debo señalar, también, a la hora de reivindicar, la importancia de Navarra BioMed como experiencia para la preparación de los enfermos en su etapa preoperatoria; los ejercicios personalizados para fortalecer la masa muscular, en mi caso, han resultado eficaces y básicos (hay que desarrollar BioMed para un mejor futuro de los pacientes, pues el equipo que lo dirige y desarrolla es sumamente competente y, lo más importante, pleno de ilusión y ganas de ampliar sus instalaciones). Es cuestión de presupuesto.

Señora Santos Induráin, no permita que la sanidad privada siga mintiendo con su cantinela de "calidad", pues el juramento de Hipócrates, por lo general, se convierte en adoración al euro o al vil metal, cuestión que importa en el traslado de enfermos para seguir alimentando las arcas de las instituciones privadas. Queda demostrada la calidad de la sanidad pública y su Gobierno tiene la responsabilidad de atender las necesidades de la misma. Su Gobierno tiene los suficientes apoyos como para implementar, tanto la situación salarial de la plantilla sanitaria como la de medios materiales y maquinaria moderna para seguir avanzando. Yo no soy experto, pero seguro que ya conocerá con quienes deberán hablar para enderezar los entuertos.

Por último y a modo de despedida, mi más absoluto agradecimiento a la plantilla del CHN por su dedicación, amabilidad y respeto. Será difícil olvidar tanta dedicación y profesionalidad. Sería bueno que la población de Nafarroa se concienciara y defendiera la sanidad pública, su sanidad que, con la educación, resultan los pilares básicos para el desarrollo social y un mejor vivir. Es cuestión de sentido común.

Milesker! ¡Gracias!