La palabra fue a la guerra y la consiguió parar. Esta expresión se escuchó en Pamplona en la última gala de los Premios Max cuando subió al escenario una de las actrices de Afanador, la obra triunfadora. Con ellas quiso hacer un alegato por la paz, por Palestina, por el final del genocidio en Gaza. No fue el único esa noche. Ni lo ha sido en los últimos meses y semanas. Ni lo será en las próximas horas.

La Asociación Yala Nafarroa prenderá hoy el Chupinazo de Iruña, con la esperanza de que esas palabras que se pronunciarán, las de siempre por estricto protocolo, que sonarán como nunca intentando decir lo que se silencia, lleguen hasta esa guerra y la consigan parar. Será un cohete de paz por una tierra arrasada por cohetes de guerra. Un deseo de que el rojo sea por fin solo el color de la fiesta, del pañuelo como el de Salam Gaza, y no de la sangre. Que el blanco que desde ese día vestiremos simbolice esa bandera que anuncia el final del conflicto. Este día 6 se lanza el Chupinazo que han querido las y los pamploneses. Y no es político, se lanza por la paz, por la solidaridad, contra la barbarie, contra las guerras y sobre todo a favor de los derechos humanos.

Del 6 al 14 Iruña es una ciudad diferente, pero no vive de espaldas al mundo, ni al cercano ni al lejano. Es sobre todo un escaparate en el que todo se ve, en el que todo lo que pasa tiene una proyección internacional. El mundo nos mira y desde aquí, desde el corazón de la fiesta, lanzamos la palabra paz para que llegue hasta Gaza y ojalá consiga lo que no consiguen las armas.