Me gustaría hacer unos comentarios que me han surgido tras leer el artículo publicado en DIARIO DE NOTICIAS por el señor Galán el 19 de abril titulado Gastos y más gastos. Aparecen en él unas valoraciones que desde mi punto de vista son muy poco acertadas.Aunque estoy seguro de que lo del mal uso de los impuestos es un asunto sobre el que se puede argumentar largo y tendido, no es mi intención entrar en este tema que es el fondo del artículo. Pero me gustaría dejar claro que no tengo nada que objetar a la crítica referida al dinero dedicado a pagar a la masa de asesores de la clase política.Lo que en realidad me ha llamado mucho la atención es que el autor del artículo ponga al mismo nivel de este caso mencionado una convocatoria de un concurso de poesía, un concurso cultural. Desde el desconocimiento más absoluto de asuntos económicos, parece obvio que las cifras que se necesitan en el caso de la asesoría política nada tienen que ver con los euros necesarios para convocar un pequeño concurso literario.Por otra parte, estoy seguro de que mucha gente que ama la cultura, sea o no poeta, y entre quienes posiblemente esté el sr. Galán dada la alta calidad de sus escritos, digo que mucha gente pondría el grito en el cielo por criticar el diminuto gasto en un concurso literario, vaya éste enfocado a cualquier grupo o sector, sea éste o no mayoritario, ya que las partidas públicas destinadas a cultura literaria son más bien escasas.Otro punto que me gustaría mencionar, dado que vivimos en un sistema machista y heteronormativo, es que me resulta poco sorprendente que haya poetas hombres que se permitan bromear con la convocatoria de un concurso que va enfocado a una parte de la población muy machacada que lleva muchos años luchando por empoderarse como es el de las mujeres lesbianas. Quizá si el amigo bromista fuese consciente del mundo de privilegios que le otorga ese sistema solo por haber nacido hombre, quizá si tuviese una mirada más empática hacia ese grupo oprimido, no le quedarían ganas de hacer bromas sobre el tema.Y por último, me gustaría responder a la pregunta que formula el señor Galán: ¿se imagina el lector un concurso pagado con fondos públicos que discrimine a las mujeres y solo permita presentarse a varones heterosexuales? No, no me lo imagino porque uno de los aspectos de la discriminación positiva es precisamente establecer medidas de privilegio que reduzcan o eliminen desigualdades sociales, y es evidente que el hombre heterosexual no las necesita. Sin embargo la mujer ha estado y está muy necesitada de ellas. Y si se añade su orientación sexual hacia otras mujeres aún más. Cierto es que para entender esto es necesaria cierta dosis de empatía.¡Ah! Olvidaba decir que la parte del artículo que embiste contra la discriminación positiva en cuestiones lingüísticas tampoco me gusta, pero mejor dejo que la responda algún especialista.