Leo en prensa el siguiente titular: "Ayudas a la hostelería, juego y federaciones deportivas". Cuando profundizo en la noticia, me percato con enfado de que ese juego no es precisamente el destinado a nuestra infancia sino a las apuestas. En una remanguillé descarada y nauseabunda, el Gobierno de Navarra mete entre las legítimas ayudas públicas a la hostelería y al deporte, una subvención para los emporios de las casas de apuestas que tantísimo daño están haciendo en nuestras comunidades, especialmente a nuestra juventud y contra las que tan denodadamente hemos luchado. Me parece una vergüenza y un escándalo. No me cabe en la cabeza que por un lado se hagan planes para prevenir la ludopatía y ahora se destine una partida pública para financiar las supuestas pérdidas de quienes la fomentan.Señoras y señores del Gobierno de Navarra, ¿por qué no destinan esa infame subvención a las apuestas al ámbito de las asociaciones y federaciones infanto juveniles, Proyecto Hombre, profesionales de la salud mental y demás necesidades verdaderas de nuestra comunidad? Ruego encarecidamente que reflexionen. Un cordial saludo.