El 6 de julio de 2020, en los primeros Sanfermines suspendidos por el bicho, la noticia periodística, tanto local como nacional, fue la respuesta de los pamploneses a la llamada de las autoridades a nuestro sentido de la responsabilidad para que no celebráramos unos Sanfermines fantasmas. No daba crédito a lo que veía y oía cuando, en un noticiero nacional, varios de los indígenas autóctonos de esta tierra ataviados con las vestimentas habituales de la fecha en cuestión manifestaban al periodista que ellos estaban dando ejemplo de civismo y responsabilidad. Eso lo decían gesticulando con una sola mano, ya que la otra la tenían ocupada con vasos de cerveza, vino o lo que fuera, siempre que no fuera agua. Pues sí, decían que todo estaba muy tranquilo y que todos (ellos, sobre todo) se estaban portando muy bien. Ejemplarmente, llegó a enfatizar alguno. Y yo digo, ¿no podría algún familiar, amigo, compañero de trabajo o similar de esta cuadrilla de "responsables" hacerles entender que quien se comportó cívica y ejemplarmente fue quien ni se vistió de blanco ni, mucho menos, se acercó al Casco Viejo a "ver el ambientico", "echar el vermutico", "hacer un almuercico"...? Si no a todos, a muchos nos hubiera gustado hacerlo y no lo hicimos. ¿O es que esta peña (bien traído, dadas las fechas y el tema) no se percata de que si todos hubiéramos sido tan "responsables" como ellos, la imagen igual no hubiera sido tan ejemplar como la que ellos creen habernos dado?Esperamos que los Sanfermines del año 2022 puedan ser disfruta dos por las personas que, por responsabilidad, por precaución, por miedo o por lo que sea, han actuado como todos sabíamos que debíamos hacerlo. Bueno, al parecer todos no, todos menos ellos.