Quede claro lo que Eurostat desvela: en España la presión fiscal es del 35,4 % del PIB, muy por debajo de la media de la Eurozona, que es del 41,6 %. En Francia, el 47,4 %. Un español -salario medio de 26.934 euros-, abona al erario, entre impuestos directos e indirectos, el 48,8 %. Y si el sueldo medio contribuye con 13,4 puntos más que la fiscalidad media, ¿no será porque las grandes empresas y fortunas apenas tributan al Estado? Sin duda queda destapada la gran injusticia de la realidad impositiva. Es menester que los que más obtienen de la sociedad colaboren con idénticas reglas que los ciudadanos de a pie para aproximarnos a la media de la eurozona y lograr que España sea un país más justo.