Desde la cocina llega el humo a todas las habitaciones, cuarto de estar y baño, porque están todas las puertas abiertas. Tos y mal olor a comida quemada. No podemos abrir la ventana porque llueve a mares y anda un viento huracanado, tanto que ha arrancado los árboles de la calle y han caído encima del autobús de línea y ha matado a gente. De momento no hay problema porque tenemos la despensa llena de buen vino, cervezas, vermut, jamón de jabugo, whisky y mejor coñac, pacharán, tónica para los gintonics. ¡Ah!, y la tarjeta para pedir a Amazón lo que nos apetezca. La vida es bella, a pesar del humo y peor tiempo. La cosa se pone más fea cuando no nos dejan salir de casa por la amenaza del mal tiempo, vendaval que arranca los tejados de la piscina y polideportivo del pueblo. Los niños gritan y alborotan. La niña corría detrás de la paloma gritando: ¡corre gallina! No había ni ángeles ni demonios.Cuento de la realidad del planeta Tierra.