Sostienen en el PP que ellos se niegan a cumplir el mandato constitucional de renovar el CGPJ "para despolitizar la Justicia". Soslayan que España viene de una cruel dictadura de la que salimos con una pusilánime reforma -la única posibilidad- y no mediante una ruptura total con aquella tiranía. Fue una humillación que tiñó de barniz democrático la continuidad despótica en las cúpulas militar, policial y judicial. Además, el colectivo de los jueces posee un cierto grado de endogamia y por eso, 45 años después, permanecen ideologizados. De ahí lo inaudito de tantas sentencias que apestan a dogma casposo, que luego Europa enmienda desacreditándonos. Por eso, en 1985 se modificó la forma de renovar este órgano. El PP, que tiene muchas cuentas que rendir con "nuestra" justicia, con sus mayorías absolutas abusó y se sirvió, pero jamás modificó, esta forma de elección que le parecía idónea.Ahora, para no poner en riesgo su preeminencia y mantener en la cúpula judicial la mayoría absoluta que carece en el Parlamento, paraliza la renovación del Consejo. Casado, en una vergonzosa anomalía democrática, sigue sin asumir las urnas e inventa grotescas excusas que revelan su anticonstitucionalidad. Una táctica marrullera contra el Gobierno legítimo de la nación. La Constitución, que Casado tanto enarbola para agredir, es categórica: renovación cada 5 años.¿Y qué decir de la hipocresía y el pancismo de los jueces que deberían haber sido renovados hace 3 años? Pues que deberían haberse ido una vez caducado su mandato constitucional.