teo es una palabra que ha venido acompañada durante los últimos siglos de una gran controversia. Así ha ocurrido con el nuevo videoclip de C. Tangana y Nathy Peluso, con ese mismo título, Ateo, rodado en la Catedral de Toledo. La controversia ha llegado de la mano del deán de la catedral, el párroco más importante de la ciudad, y el arzobispo de Toledo, los cuales tenían una visión totalmente contradictoria del videoclip. Mientras el arzobispo salió pidiendo perdón por lo ocurrido, al deán le parecía que las imágenes rodadas eran fruto de nuestros tiempos. Nada más y nada menos que un debate también recurrido en la leyenda del trovador alemán Tannhaüser del S XIII y su remake en la obra de Wagner con su mismo nombre.

El canto al amor carnal frente al amor sagrado llevó al poeta Tannhaüser a tener que abandonar su ciudad y a su mujer, para buscar el perdón de la mano del Papa Urbino IV. C. Tangana y Nathy Peluso no buscan tal perdón, sino que se recrean en la idea totalmente moderna de que hablen, aunque sea mal, para sacar rédito. Tannhaüser encontró la morada de Venus donde la diosa le enseñó todos los placeres del amor carnal, mientras que en videoclip del madrileño se recrea en una sensual bachata en la capilla de la catedral, la nueva Venusberg.

El canto al amor carnal se resuelve, además, de una forma similar a la leyenda que está pintada en la misma Sala Capitular, donde un demonio, agarrando del pelo a una mujer, le impide la salvación durante el juicio final. Con unos planos tan cuidados como sensitivos, la luz de las vidrieras golpean el cuerpo de la cantante que, visto desde atrás, generan un contraste a ojos del párroco y del cura. Planos que recuerdan, salvando las distancias, a los trabajados por Paolo Sorrentino en su serie El joven Papá. Con esa pizca de sensualidad, y esa mirada vidriosa al más puro estilo voyeurista, enaltece esa máxima de que el pecado es mejor a escondidas.

Eso bien lo conocía el poeta Tannhaüser que solo cuando se vio perdedor ante el resto de poetas en sus cantos sobre el amor y, por ende, lejos de los brazos de su amada, recurre a la confesión de haber vivido con Venus y, por tanto, abraza la caída irremediable al infierno. Una ordalía que en el videoclip se resuelve con cierta astucia dándole a una presentadora, con un gesto similar a Julio César en el coliseo, la potestad de decidir el juicio de los protagonistas. Y es cierto que la decisión de la opinión pública sobre ciertos aspectos recae en los medios de comunicación. Lo que antes estaba reservado a otras esferas ahora se concentra en los medios y redes sociales. Nathy Peluso se muestra como Salomé con la cabeza cortada de C. Tangana. Ya ha llegado la purga y la expiación de los pecados que la turba, con antorchas y palos, han pedido frente a una publicación. Tannhaüser correrá la misma suerte, volviendo a manos de Venus, la cual desapareció con toda su corte, y al que Wagner le clavará la daga del suicidio.

Esta polémica entre el amor carnal y el amor sagrado, o su premonición hacia los nuevos tiempos en los que nos adentramos, merecen ser representados y es en su resolución donde radica gran parte de la contienda moderna. Mientras que Wagner le da fin, la cantante argentina y el madrileño finalizan con una foto en conjunto con el párroco y el cura, un cambio total en el paradigma. Es interesante, ¿no lo creéis?

El autor es comunicador audiovisual y estudiante de Filología Hispánica en la UNED