Soy vecino de Mendillorri y arquitecto; y como tal, mi visión no difiere mucho de la de mis vecinas y vecinos e incluso es más pesimista que la que puedan tener. Me decepciona ver cómo la Administración pública promueve medidas sin tener en cuenta la opinión de los habitantes de barrios periféricos y contra el medio ambiente en favor del progreso.Un progreso, evidentemente, fuera de toda lógica climática y políticas de movilidad sostenible, que intenta generar más vías de entrada rodadas al centro de Pamplona mientras los recorridos peatonales se ven relegados a un segundo plano. Asumiendo que las políticas de movilidad anteriores eran las correctas y no habiendo, detrás de estas actuaciones, un planteamiento lógico dentro de una crisis climática.Se desvirtúa la imagen de un barrio que fue concebido como una ciudad-jardín, sustituyendo los chopos por mamparas opacas que seguramente acaben vandalizadas y deterioren significativamente la imagen de Mendillorri. Una imagen que hasta hoy era reconocible desde la variante por sus largas hileras de chopos que hacían de filtro natural y que, en 28 años de existencia y crecimiento, nunca han sido maltratados.