Como profesora jubilada y abuela preocupada, estoy siguiendo con interés la propuesta y defensa que a través de un vídeo está haciendo ADI (Asociación de directores de centros públicos), dirigido a las familias de los centros públicos de Educación Infantil y Primaria de la jornada continua. Esta defensa sesgada me hace plantear varios interrogantes:

1.-¿Por qué si están tan claros los beneficios de una jornada que hemos experimentado a lo largo de la pandemia cree necesario explicar sus bondades? ¿Por qué los colegios concertados van a volver mayoritariamente a la jornada partida?

2.- Dicen que pasamos más tiempo con nuestros hijos e hijas. Si la educación tiene una importante labor social para compensar desigualdades, no cabe duda de que los niños y niñas pertenecientes a familias mas desfavorecidas, con empleos precarios y horarios que no permiten la conciliación familiar los que son más perjudicados. ¿Aumentará el número de niños/as llavero o el horario extra de los abuelos?

3.- Afirman que han disminuido los conflictos. Por supuesto que si el alumnado interacciona menos tiempo, hay menos conflictos. No se trata de evitar el conflicto, sino de resolverlo sin violencia, con diálogo positivo. ¿Y hay mejor manera de aprender a resolverlos que en la escuela con la mediación del profesorado?

4.- Nos informan de que en Europa está extendida la jornada continua. Pero en Europa se hace un desayuno fuerte, almuerzan a las doce en el colegio con un tentempié que llevan de casa y cenan muy temprano porque, en general, toda la familia tiene horarios de trabajo y escolares similares. ¿Está nuestro alumnado en condiciones de mantener la atención hasta las dos con nuestra alabada dieta mediterránea?.

Todos estos interrogantes me conducen a la conclusión de que ADI no se plantea las diferentes situaciones y necesidades de cada comunidad educativa, ya que tanto la jornada continua como la partida tienen ventajas e inconvenientes. Implantar la jornada continua se convierte en irreversible si el equipo directivo no inicia la propuesta, por lo que considero un error que, según la normativa, no pueda partir también de la Apyma. Es totalmente legítimo que defiendan su jornada laboral continua, que pidan estabilidad en las plantillas y recursos para llevar a cabo su trabajo en las mejores condiciones, pero debe hacerse en el ámbito que les corresponde, que no es otro que la mesa sindical. Deseo que esto no impida el reconocimiento que merece el profesorado por parte de la sociedad a su labor fundamental como educadores de nuestros hijos e hijas.