En relación al artículo aparecido en DIARIO DE NOTICIAS del 10 del corriente, titulado Ni misiles ni uranio en la base de Gorramendi, referido a otros reportajes sobre este particular, entre ellos el mío titulado La guerra fría en Baztan (12-XII-20), me gustaría precisar lo siguiente sobre el uso o no del uranio en dicha base. De entrada, parto de que la información que aporté se debe a Mikel Soro, periodista de El Correo y El País (su artículo es accesible en internet), donde relata su experiencia en la base. Fue recluta en Gorramendi y formó parte del cuerpo de guardia adscrito al Ejército del Aire y, entre otras anécdotas, menciona allí la energía nuclear como fuente de alimentación. Podría ser cierto o no, pero en principio lo que relata Soro me pareció del todo verosímil y le concedí crédito, al menos el mismo que podemos dispensarle a usted, señor Santamaría, cuando cuenta sus experiencias sobre ovnis en Baztan en un plató de televisión.Tengo la impresión de que lo que a usted le resulta incómodo no es tanto el detalle del uranio -de hecho, ya indiqué debidamente en el texto el origen de la fuente, que no podía ser mía dado que cuando el Sr. Soro hizo el servicio militar en la base, yo tenía 13 años-, es que alguien haya osado escribir un artículo sobre la base de Gorramendi, de cuya materia parece que sólo usted está acreditado para poder hacerlo.