n mi condición de miembro de ANAPAR (Asociación Navarra de Parkinson), tuve ayer el privilegio de asistir al estreno del largometraje-documental Ama-dasAma-das y, sobre todo, de poder conocer y oír a estas cuatro maravillosas mujeres, ejemplo de superación y de resistencia, que nos han dejado entrar en su intimidad para visibilizar el gravísimo problema de la violencia machista, agravado más, si cabe, por la situación de mayor vulnerabilidad de las personas con discapacidad.

Resultó sobrecogedor el silencio que se produjo (no se oía ni el más mínimo murmullo) cuando Idoia pidió reiteradamente que, por favor, no dejen que la maten. Que sabe que en junio, cuando termine la orden de alejamiento, él va a volver con esa intención. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI una mujer tenga que pedir esto y no seamos capaces ni siquiera de garantizarle su supervivencia?

Como contó Emma, ella denunció al hombre que creía tener derecho sobre ella un domingo y, al día siguiente, lunes, acudió a su lugar de trabajo y le asestó 24 cuchilladas. Sobrevivió de milagro, pero, una vez más, quedó demostrado que algo estamos haciendo mal si no somos capaces de dar protección a estas personas.

Muchas gracias, una vez más, a las cuatro: Emma, Pili, Idoia y Rosa. Y, por supuesto, a la directora, Marga Gutiérrez Díaz, que ha sabido plasmar maravillosamente esta situación, y a Cocemfe por haberse embarcado en este proyecto, haberse implicado en él y haber conseguido este resultado. Os puedo asegurar que ayer, en los cines Golem, se vieron muchas lágrimas al ver el documental y oír a sus protagonistas y que la gente salió todavía mucho más concienciada del grave problema.

Ruego encarecidamente que se vaya a ver (va a estar la próxima semana en los cines Golem Yamaguchi) e incluso creo que sería conveniente que se proyectara en centros de enseñanza, máxime viendo noticias aparecidas en medios de comunicación del aumento entre la juventud de quienes niegan la existencia de esta violencia machista.

Al llegar a casa, con la fuerza de esta jornada todavía presente en mis pensamientos, me encuentro, al ver las noticias, con que el PP ha propiciado la entrada de Vox, la ultraderecha más recalcitrante y negacionista de la violencia machista, en el Gobierno de Castilla y León. Y, además, admitiendo su condición de cambiar la Ley de Violencia de Género, con la finalidad, entre otras, de recortar los medios puestos a disposición de las víctimas para su protección.

¿De verdad es ésta la respuesta que vamos a dar estas mujeres que, llorando, pero aún así con fuerza y ganas de vivir, nos dicen que viven angustiadas y que suplican (como si fuera un favor y no un derecho) el poder seguir con vida? Pero, ¿estamos locos o qué? O nos planteamos muy seriamente el poner coto a la ultraderecha y alejarla de todas las instituciones o, si no, cuando queramos hacerlo ya será demasiado tarde y volveremos a situaciones que ya tendrían que estar totalmente superadas.

Así que reitero mi agradecimiento a Cocemfe, protagonistas y directora, y termino con un ruego a toda la clase política de que entre todas y todos tenemos que intensificar nuestra lucha para que estas situaciones pasen, algún día, a ser cosa del pasado.