Cada vez somos más los alumnos que nos sentimos superados en nuestro entorno académico. Memorizamos diariamente cantidad de contenidos de los que luego no haremos un uso que vaya más allá del propio examen. Y en medio de este hastío, la palabra nota subyace con toda su fuerza.La nota no define cómo es una persona o el valor de esta, la nota es algo subjetivo, sin embargo, los estudiantes la contemplamos como un seguro de vida. Esto lo podemos ver en los alumnos que nos enfrentamos el año que viene a la EVAU. Si queremos entrar en la universidad necesitamos una nota. Esta nota nos mide, nos clasifica, y define nuestro futuro; si entramos o no a nuestros estudios superiores depende de esa cifra. Esto no debería ser así. Un ejemplo claro del exceso de importancia que se le da a la nota lo pude ver en la entrega de los títulos de la ESO. Algo tan bonito como un título que demuestra que has terminado la Educación Secundaria Obligatoria, también tiene que incluir la nota en grande. Pero es que ¿no vale solo con tener un título que revele que has concluido la ESO?Se nos habla tanto de la nota que se nos olvida que nuestra vida no gira en torno a un número y a causa de ello cada vez hay más adolescentes con problemas de ansiedad, insomnio y mucha presión, ya sea familiar o la generada por uno mismo. Estas enfermedades, porque quiero recordar que no son estados de ánimo sino enfermedades, van incrementándose de forma alarmante entre los adolescentes. Cierto es que no todos los que me estéis leyendo os sentís identificados con este perfil. Sin embargo, somos muchos los que, bajo una presión enfermiza, nos sentimos llamados un nivel de perfección que arrincona y desplaza nuestra salud mental. Esto es sumamente desalentador.Cuando una persona va a entrevistas de trabajo nunca se le pregunta por la nota que obtuvo en Primero de Bachillerato, sino que se le mide por sus estudios cursados, sus cualidades y aptitudes características, y todo mérito (escrito con palabras y no con números) que permite diferenciarlo de los demás y lo que, en consecuencia, podría generar un cambio en tal empresa.Termino recordando que, si realmente la salud mental de las personas va antes, debería haber un giro, porque esto está acabando con nosotros. Y lo digo yo que soy alumna de Primero de Bachillerato, que adoro mi colegio, pero que no lo estoy pasando bien dentro de este tipo de sistema.

Colegio Irabia-Izaga