Recompensas públicas millonarias por delaciones, sentencias sumarísimas sin defensas ni tribunales de apelación. Robóticos ataques armados contra civiles en zonas residenciales de terceros países. Todo eso y mucho más, como el obviar la responsabilidad criminal de algunos dirigentes petroleros a cambio de petróleo. El pragmatismo más incongruente parece ser la nueva doctrina o la nueva moda imperial. Y ya sabemos que no es nada nuevo, pero lo que más choca es que a la vez se erigen o pretenden erigirse, sin tan siquiera cambiarse la careta, en los adalides de la ética, la democracia y la justicia, como si todos fuéramos idiotas. Y es que los que matan, explotan y someten por la fuerza a cualquier ciudadanía negándoles sus Derechos Humanos sin ninguna consideración, deben ser juzgados de acuerdo a los Derechos Humanos que ellos no respetan pues nadie tiene derecho a tomarse la justicia por su cuenta, por mucho que así lo mandara el Antiguo Testamento.