Para mi sí existen las diosas. María Callas cantando Casta Diva es una diosa y si hace falta me arrodillo, camino hacia atrás o la adoro extendido en el suelo con todo mi cuerpo pegado a la tierra, en su celestial presencia. De momento es mi diosa suprema. Cuando aparezca otra que lo merezca, cosa que veo difícil, os lo contaré de palabra o cantando algo bello, si puedo. Otra de mis diosas imposibles es Nefertiti, sí la de Egipto, la bella, la única, la del silencio eterno, la condenada por la codicia eterna a la soledad de una sala grande, atemperada, con luz medida y aire de museo perfecta, triste, sola, lejos de su tierra, lejos de su sol y de su arena, lejos en Berlín, donde viven en la bruma y el frío, estudian y trabajan ahora nuestros hijos/as.
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