Si algo tiene DIARIO DE NOTICIAS, en especial algunos de los firmantes, es la capacidad de recrear el pasado. Aunque resida a 25 km. de Iruña, los recuerdos vuelven nítidos de cuando vivía en la capital.

Días pasados atrajo mi atención Adiós Pamplona de Joseba Asiron. ¿Debido a qué? Pues que en la carretera a Estella, actualmente Pío XII, las fotografías publicadas reflejan los cambios habidos en el transcurso de los años. Me tocó vivirlo. A la edad de 6 añitos (1952) asistía a diario a las escuelicas de San Juan, sitas en la margen izquierda después de pasar las vías del extinguido Plazaola. Mi abuelo trabajó en la estación. Íbamos por caminos y senderos bordeando huertas y arboledas. Difícil de olvidar. Había unos curitas con distintivo blanco en el cuello que destacaba sobre el negro de la sotana. Eran del colegio La Salle, cerca del cruce con la Vuelta del Castillo. ¡Qué tiempos!

Tuve la gran satisfacción de estrechar la mano de Joseba en la calle Estafeta. Corría el año 2015. No creo que se acuerde de mí, mucha gente se paraba a saludarle. En aquellas fechas era alcalde. No todos los días surge la oportunidad de intercambiar unas palabras con el máximo mandatario. Tiene buena memoria, lo demostró cuando charlaba con él. Un detalle por su parte. Al identificarme, hizo alusión a cierto escrito mío publicado en Cartas al Director. Lo había leído.

El suceso que describí ocurrió en 1967, cuando estaba en la mili. Tuvo lugar en la esquina del Bar Sol, inicio de la avenida Galicia. Por lo que me dijo, un amigo suyo debió de encontrarse en situación parecida, salvo que lamentablemente fue detenido por la Guardia Civil. Aún lo tengo en la memoria. 

Agurketa Asiron Jauna.