El pasado 4 de enero vi la exposición Navarra: 2022 en imágenes, ubicada en la Sala Ámbito Cultural, sótano 2, de El Corte Inglés. Expusieron 8 fotógrafas y 15 fotógrafos, que realizaron muy buenos y logrados trabajos fotográficos. He extraído cuatro fotografías significativas e inicio con la imagen más antigua, la número 22 titulada Mano de Irulegi, de Iñaki Zaldua; continúo con la número 9, 500 aniversario de la batalla de Amaiur, de Juan Mari Ondicol; número 24 Incendios que asolaron Navarra, de Eduardo Sanz, y la número 4, Bajo los escombros de la prostitución, de Iván Benítez.

Respecto a esta última fotografía, decido describir todo el texto que acompaña a la citada fotografía: Bajo los escombros de la prostitución. “Desde hace 21 años por este prostíbulo han pasado miles de chicas, miles, y me arrepiento del mal que he hecho. En los prostíbulos la mujer sufre mucho, muchísimo”. Estas fueron las palabras que el proxeneta y expropietario del Club Carioca confesó en mayo de 2022 tras el derribo de su negocio. 

Nunca he leído declaraciones de dueños de locales de este tipo, estoy sorprendido. Con referencia al citado negocio, este propietario reconoce las condiciones de las empleadas a su cargo transcurridos 21 años.

Es posible que este explotador de mujeres, muchas de ellas extranjeras, otras no, con falta de cultura y preparación, son reclutadas en esos antros de perdición, queriendo vivir sin esclavitud sexual. A día de hoy este responsable, ¿montará otro negocio diferente, finaliza por jubilación su presencia en este club nocturno que ya no existe?

Lo que es visible es que se ha desahogado públicamente golpeándose el corazón, considerándose un pecador arrepentido.  

En nuestra Txantrea hubo 4 puticlub -es posible que hubiera algunos más-, uno de ellos continúa activo, establecido en un edificio con viviendas y cercano a la parada de los autobuses urbanos -villavesas-. Existen racionales y humanos motivos para cerrar los citados locales ubicados entre viviendas vecinales.

El Gobierno de Navarra/Nafarroa y el Ayuntamiento de Pamplona/Iruña tienen la urgente obligación moral y sanitaria -unido a las razones más arriba expuestas- para ilegalizar la prostitución, ellas/os tienen las herramientas útiles para solucionar esta lacra social.