¿Se imaginan que sus hijos fueran a realizar un examen de la Selectividad y les pidieran un 5,2 para aprobar mientras que en el resto de las comunidades autónomas se exigiera un 5? Pues bien, esto es lo que sucedió en los pasados exámenes del curso 2021-22 la EOI de Pamplona.

Tras realizar nuestra queja y presentar el fútil y baldío recurso de alzada, tras la previa negación de la inspectora de educación de la EOI de reunirse con nosotros, recibimos como era de esperar la respuesta del recurso de alzada que no era otra sino la misma que nos dio en su momento la directora de la EOI, una fatua interpretación de un decreto ley parafraseado a favor de los intereses de la EOI.

Y es que lo que nos dice el sentido común y el decreto ley puede ser manipulado y justificado por la carencia de imparcialidad de un Tribunal administrativo que marea al ciudadano de pie, realizando fatigosa y abrumadora burocracia cuando en contadas ocasiones se posiciona al servicio del individuo, aunque para cualquier persona este sería un asunto que ni se cuestionaría. Pues bien, el error de diseño del examen de la EOI supondría que esta tuviera que realizar de nuevo ese examen y corrigiera su fatídico desacierto, a lo cual como es evidente el cobarde tribunal administrativo y en su defecto el amilanado departamento de educación no osan reconocer su equivocación.

No obstante, la EOI conocedora de su aciaga equivocación ha remodelado para este curso el examen, corrigiendo su funesto diseño de examen como nosotros pedimos, sin embargo, ninguneándonos ese derecho que merecíamos y que se nos evaluó a la baja injustamente respecto el resto de las Comunidades Autónomas del resto del estado español. Lo que queda claro en este gobierno socialista es que existe un caciquismo en el departamento de educación para defenderse de sus ingentes errores en aras de evitar consecuencias que ensucien su imagen. Mientras tanto, nosotros nos tendremos que conformar de haber podido ayudar a los que se examinan este año con un examen defectuoso corregido gracias a nuestra persistente reclamación.