No podía ver a un sacerdote, le provocaba odio mortal, y era natural el resentimiento que afloraba cuando recordaba lo que sufrió en el seminario, cuando uno le animaba a desabrocharse los pantalones para observar sus genitales comprobando si se había o no masturbado, tocándoselos... El trauma perduraba: odio a la Iglesia por culpa de sus representantes.

Las bíblicas profecías de Malaquías I dicen, transmitiendo la divina voz: “Esto es lo que os mando, sacerdotes: Si no escucháis y no ponéis todo vuestro corazón en glorificar mi nombre, dice el Señor del universo, os enviaré la maldición. Os habéis separado del camino recto y habéis hecho que muchos tropiecen en la ley, invalidando la alianza de Leví, dice el Señor del universo. Pues yo también os voy a hacer despreciables y viles para todo el pueblo, ya que vuestra boca no ha guardado el camino recto y habéis sido parciales en la aplicación de la ley. ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos creó el mismo Dios?” .

También Jesús de Nazaret la emprendía contra los sacerdotes de su tiempo y los insultaba, tal era su depravación: “sepulcros blanqueados”, “raza de víboras.” Jesús fue crucificado por culpa del clero de su tiempo, que decía servir a su Padre Dios. No todos eran iguales, cierto, y algunos le ayudaron en lo escondido y hasta luego llegaron a ser cristianos, los que compartían todo y eran uno, ayudándose en sus necesidades.

La Iglesia española, como en otros países occidentales, está sufriendo el espejo de un abominable comportamiento en parte de su casta sacerdotal. Aunque los informes muestren hipótesis un tanto infladas, excesivas, ya los hechos comprobados son suficientes para escandalizarse, y más les valdría arrojarse al mar con una piedra de molino atada al cuello, dice el Mesías. Es repugnante que un cura, mientras predica una castidad absoluta, intente abusar sexualmente de menores, de niñas o niños, mientras reprende públicamente la homosexualidad y otras relaciones. Lo que decía Jesús no solo era para su época, es hoy aplicable, y sigue habiendo algunos fariseos.

En Nigeria el Estado Islámico ya ha matado a más de mil cristianos desde que comenzó el año. Las iglesias en Paquistán son arrasadas y los cristianos perseguidos y torturados. Buena parte de nuestros medios de información callan estas noticias o las atenúan. Se centran ahora en Palestina... La mayoría del clero parece buscar la santidad, aunque el nivel cultural haya descendido de un modo triste en sus miembros, aunque los sermones sean simplones porque no estudian o leen ni son santos... Sin embargo, tenemos ejemplos que salvan, como la senda iniciada por Santa Teresa de Calcuta y tantos otros. Hay quienes dan la vida por el Dios del Amor, amando y llenando de luz un mundo tantas veces tenebroso por causa de unos y otros.