Ayer en la mani, me dije...

Voy a dejar de compartir noticias de cada día (cada hora) sobre el horror que está sucediendo en Gaza

Las imágenes se convierten en costumbre e igual es algo contraproducente.

Cojo el móvil ahora y lo primero que entra: 

“Francotiradores están disparando contra los pacientes del hospital. Los están asediando. Los bebés de las incubadoras han comenzado a morir”.

Pienso... ¿Lo leo y me lo guardo para mí? ¿Ya están informados de esto el resto de mis contactos? ¿Por qué nadie dice nada? No veo que se comparta... ¿Será que Facebook tiene capada esta noticia?... ¿Será que todos y todas piensan que es contraproducente compartir?

24

Horror en Gaza: los muertos se elevan a 10.000 personas, la mayoría mujeres y niños NTM

Estoy convencido de que mis contactos están sintiendo el mismo horror que yo y que, al igual que yo, llevan semanas irritados, hipersensibles, dolidos.

Entonces he sido consciente que en realidad, este compartir, está necesidad de que se sepa lo que está pasando, si bien es un grito sordo que pretende parar está barbarie, es también un desahogo. Pensar que al menos hago algo. Un pequeño alivio para esta impotencia. Una impotencia y a la vez rabia por sentirme un ciudadano desoído por las instituciones que supuestamente me representan.

Voy a seguir compartiendo. Lo hago por Gaza y lo hago por mí.

7

Israel asedia Gaza NTM

Quiero creer que compartiendo la noticia, acaricio de algún modo a ese bebé. Que de algún modo acompaño al enfermo tetrapléjico que le están disparando los sionistas. Que abrazo a la sanitaria que se está jugando su vida. Pero, fundamentalmente, que no nos sintamos todas y todos tan solos e impotentes ante la barbarie humana.

El futuro del mundo se juega en Palestina. Porque si la humanidad deja pasar esta situación, quiere decir que no queda humanidad. 

A partir de este momento todo es posible y ya no hay reglas. Pero para nadie.

Y hoy lo importante en los medios españoles seguirá siendo si Sánchez y su ¿Gobierno de progreso? sale adelante.

Mientras, los negocios de armas y tecnología, así como todo tipo de tratados comerciales y políticos, siguen vigentes entre España, Navarra y la Comunidad Autómoma Vasca y el Estado del terror sionista Israelí.

Como si no pasara nada.

*El autor es artista y obrero.