Cuando llegué a la jubilación, me atrajo poderosamente la lectura y, consecuencia de ello, la escritura. Mi biblioteca es modesta pero dotada de libros que captaron mi atención por su contenido. Conservo la mesa que es casi pieza arqueológica, paralex incluido, propio de los que nos hemos dedicado a la profesión de delineante. En plena era que vivimos, escribir a bolígrafo o dibujar es retornar al pasado. Pero me gusta. No lo puedo evitar. 

Influido por lo leído, me tentó la idea de anotar comentarios, anécdotas, curiosidades, etcétera. El bloc de notas siempre a mano, como dijo en cierta ocasión Jorge Nagore. Tengo que expresar mi gratitud a DIARIO DE NOTICIAS por su acogida en Cartas al Director. No es la primera vez que me han parado en la calle, gente que me conoce, para manifestar su opinión sobre lo publicado. Es una gran satisfacción.

Según la RAE, curiosidad es deseo de saber. Es lo que me empuja. Como decía, siendo lector habitual del citado, días pasados, publicaron el fallecimiento de Henry Kissinger. Dado mi afán por informarme, algo supe de este señor. Cierta institución fue creada por él. Se denominó Escuela de las Américas situándola en Panamá. Más de 80.000 militares sudamericanos fueron instruidos por personal norteamericano. En ciertos niveles se conoció como Operación Cóndor. De qué cosas se entera uno a poco interés que se ponga.

Se valieron de todo tipo de medios para que no transcendiera. A día de hoy, con los que disponemos, nos enteramos los que gustamos curiosear. “Mentiroso no es sólo el que dice mentiras, es también el que esconde la verdad” (Séneca).