El principio de que una sociedad sólo progresa cuando es capaz de proteger a sus miembros más vulnerables. Los jóvenes europeos tienen una grave situación con la vivienda. Ya sea en Francia, Alemania, Italia o Portugal, el poder vivir fuera del hogar familiar, es una tarea de titanes. En todos ellos, los precios de la vivienda son elevados, unido a la escasez de vivienda asequible; Alemania y Francia tienen mayor número de alquileres de vivienda social. En España, la situación es similar e incluso un poco peor. La precariedad laboral impide embarcarse en la tarea de la independencia del seno familiar. La edad media de emancipación de los jóvenes españoles es de 29 años, una de las más altas de Europa. Una encuesta realizada por la Comisión Europea en 2022 reveló que el 23% de los jóvenes europeos de entre 25 y 34 años consideran que la vivienda es el principal obstáculo para tener hijos. Inauguramos un nuevo año, donde los más longevos van a superar a los menores de 15 años, en claro signo, del envejecimiento que tiene el viejo continente europeo.
En este 2024, se van a celebrar nuevas elecciones al Parlamento Europeo. ¿Se abordará de forma única, por todos los países y fuerzas políticas, la problemática de la vivienda? Se establecen normas y reglas a los avances tecnológicos, como la IA, pero nos olvidamos que en esta carrera de relevo generacional, que es la vida, las personas son las que importan.
No es suficiente que Estrasburgo en 2022 estableciese una resolución acerca de la vivienda asequible para las nuevas generaciones. Lo mismo se puede decir de la Comisión Europea y de otras instituciones. Hay que materializarlos con hechos, y no con informes y palabras, la construcción de la “nueva Europa”, en alojamientos para aquellos, que van a tomar las riendas del futuro. Sin nacimientos, el futuro es muy incierto. Hoy, los jóvenes son vulnerables ante la falta de políticas sociales que los protejan. Nos centramos en prohibir los móviles en los colegios, y nos olvidamos de los trabajos que van a tener, y dónde van a poder vivir. ¿Veremos avances en los próximos años?
