Todos tenemos recuerdos de niñez y muchas veces nos volvemos nostálgicos cuando empezamos a hablar de las experiencias vividas en nuestra época. Los compañeros de clase, los profesores y aquellos juegos en el patio del colegio, que lo mismo dábamos patadas al balón o nos lanzamos a jugar a la pelota e incluso montábamos en bicicleta para ver quién llegaba primero a meta. Con el paso de los años, aquellos niños traviesos nos fuimos haciendo mayores y el destino ha querido que nos hayamos vuelto a juntar para recordar los años de nuestra adolescencia.

Fuimos felices a nuestra manera, historias de guateques, excursiones y canciones de la época que todavía cantamos juntos como si el tiempo no hubiera pasado. A veces pienso que los niños de ahora juegan poco porque los tiempos han cambiado mucho y desde muy txikis se les ha comprado el móvil de última generación. Por cierto, saben utilizarlo, pero desconocen las capacidades que tiene la herramienta que llevan entre manos y por eso a los aitas les trae tantos quebraderos de cabeza últimamente.