Asistimos a distintos escenarios, donde la dualidad es la norma. Los tenemos en los bits del 0 y el 1. En las redes sociales, del “Me gusta”, “No me gusta”. En política, entre los bloques de derechas e izquierdas. Pero la vida, no es tan sencilla. En un estudio Consumo en tiempos de inflación por BAP&Conde (marzo de 2024), el 50% de la población, ha cambiado sus hábitos de consumo debido a la inflación, donde la mitad se sienten frustrados por no cumplir sus expectativas de consumo. Estas aspiraciones, influenciadas por las redes sociales, han resultado difíciles de alcanzar, por la constante subida de precios. El sentimiento de desánimo lleva a estos consumidores a ser más realistas en cuanto a sus hábitos de consumo, adaptándose a la nueva realidad económica. 

Otro tanto se podría decir de la autoestima de los más jóvenes por las citadas redes sociales. En un estudio del INE, el 70% de los jóvenes, entre 15 y 24 años, usan estas redes diariamente. De ellos, un tercio admiten que su uso les generan malestar emocional. La comparación, con imágenes idealizadas, les puede generar baja autoestima. Vivir la vida no es sencillo, ni ayer, ni en el presente. La búsqueda constante de la perfección y la comparación con los demás puede afectar negativamente la salud mental. Hay que fomentar el pensamiento crítico, la empatía y la capacidad de diálogo, que hoy no lo tenemos en los líderes políticos. La complejidad de la vida nos invita a ser flexibles, adaptables y resilientes, para navegar en un mundo lleno de matices y desafíos. 

El armazón interior de la persona, con sus valores y principios, es más importante que el exterior de imágenes, que pueden ser modificadas para crear expectativas inalcanzables. Hay muchas preguntas sin respuesta en los escenarios que se están creando en los hogares y las personas. Pero de estas minucias, nuestros representantes democráticos ni saben, ni responden, al estar ocupados en los clásicos temas políticos. ¿Algún día asistiremos en el Parlamento a un Estado de la salud mental de los ciudadanos? Hay historia suficiente (covid, inflación, etcétera) para este debate y ver las soluciones que proponen sus señorías.